martes, 27 de marzo de 2007

Ley Televisa

Para impulsar la campaña en televisión de su candidato a la Presidencia, Felipe Calderón, la bancada del PAN en el Senado decidió avalar la “Ley Televisa” (como la describe el senador panista Javier Corral), que contempla reformas a los medios electrónicos.
El líder nacional del blanquiazul, Manuel Espino, encabezó la reunión y pidió aprobar la minuta que enviaron los diputados, y que permitirá a la televisora extenderse a los servicios de telecomunicaciones (telefonía celular, internet y transmisión de datos) sin realizar pagos adicionales al gobierno. Los panistas analizaron los pros y contras de aplicar cambios a la minuta y las condiciones políticas del momento.
Los senadores mexicanos aprobabaron en comisiones la Ley Televisa por 11 votos contra 9, o sea, solamente por dos votos de diferencia. Incluso algunos senadores del PAN, el Partido de Gobierno, y del PRI han votado en contra. Ambos partidos están divididos sobre este tema. Los que votaron en contra argumentaron sus posiciones, pero los que votaron a favor lo hicieron en silencio, casi con vergüenza. No tenían nada que argumentar, estaban simplemente cumpliendo órdenes.

La nueva ley le asegura a Televisa un mayor monopolio del que ya tiene sobre los medios de información en México pero además establece un régimen especial para que televisa pueda prestar servicios de telecomunicaciones, ampliando así su control sobre un sector estratégico. Se otorga a Televisa derechos adquiridos sobre el espectro radioeléctrico de forma gratuita, y en la práctica se prepara la desaparición de las radios comunitarias y educativas que se han desarrollado a lo largo de varias décadas en territorio mexicano, inclusive las impulsadas desde el Estado.

La Ley Televisa privatiza bienes del dominio público; mercantiliza el espacio radioeléctrico; concentra en pocas manos bienes públicos; no otorga autonomía real a la Cofetel; sustrae de la participación en los procedimientos de concesión respecto de nuevas tecnologías, a los actores que ahora dominan el mercado; privilegia a los concesionarios sobre los permisionados; hace a un lado las voces ciudadanas; no legisla sobre televisión pública, cultural y radio comunitaria; no contempla derechos ciudadanos, como el derecho de réplica; amarra de manos al futuro Presidente, pues Fox hará los nombramientos de los comisionados de la Cofetel; en materia electoral hace del IFE una caja de cobro; permite contra el Cofipe que los candidatos contraten tiempos de radio y TV, y un largo etcétera de fallos y horrores contra la democracia y el Estado de Derecho.

La Ley es contraria al principio constitucional de que la nación debe preservar el control estratégico del espectro radioeléctrico y de las telecomunicaciones, y el Estado ha de ser el rector y garante del derecho a la información, y tiene un carácter ilegal pues entrega las facultades públicas de otorgar las concesiones a un ente privado, que es presuntamente "autónomo" pero está sometido de hecho a los poderes transnacionales (como es el caso del Banco de México), la Cofetel, que representará los intereses monopólicos de Televisa, los cuales salen fortalecidos al asegurársele al consorcio la dominación del espectro de las telecomunicaciones por muchas décadas.

Como señal de protesta el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) difunde una y otra vez canciones con títulos sugestivos: “Cheque en blanco”, y spots radiales donde se afirma que la aprobación de la Ley Televisa sería como escuchar la misma canción durante todo el día. En otro spot se afirma de manera contundente: “Si la ley se aprueba, Canal 11, Canal 22, Radio Educación, Grupo IMER, y todas las radios y televisoras universitarias, estatales y comunitarias quedaríamos sin las condiciones básicas para cumplir con nuestra función social”.

Sectores de la sociedad civil, universidades y especialistas de la comunicación se han manifestado en contra de la Ley Televisa, pero eso no parece mover de sus posiciones a los senadores más recalcitrantes (no los más entendidos en el tema), que favorecerán a Televisa sin siquiera explicar por qué lo hacen. Es obvio que detrás de esa actitud hay favoritismo y corrupción, y que esto tiene que ver con las próximas elecciones presidenciales. A tal punto es obvia la jugarreta a favor de la empresa privada y en contra de los medios públicos, que los candidatos presidenciales del PRI y del PAN se han desmarcado de la votación de sus partidos en el senado.

Cada vez el poder en México está en menos manos, las de algunos empresarios muy poderosos, que controlan todos los aspectos de la vida nacional, ya no solamente la economía, sino la política y la cultura.

Fuentes:
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2006032915
http://www.jornada.unam.mx/2006/03/28/006n1pol.php
http://olganza.com/2006/03/23/respaldan-panistas-ley-televisa/
http://www.ochocuartos.com/archivo/2006/03/24/polaca/ley-televisa.php
http://www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/RMC/rmc98/apuntes.html

No hay comentarios: